El Gobierno de Javier Milei decidió cerrar la puerta a cualquier negociación con Axel Kicillof para autorizar nuevo endeudamiento en la provincia de Buenos Aires. El mensaje fue directo: “Sin equilibrio fiscal, no hay deuda”, según confirmó el vocero presidencial Manuel Adorni, quien además descartó la posibilidad de una reunión entre ambos mandatarios.
El rechazo al pedido de Kicillof se da en medio de una creciente tensión política y financiera entre Nación y Provincia. Desde Casa Rosada apuntan a la falta de colaboración por parte del gobernador y sostienen que no habrá excepciones con las provincias que mantengan déficit fiscal.
Aunque el canal político está congelado, las áreas técnicas de ambas administraciones continúan en contacto. Las secretarías de Hacienda de Nación y de Buenos Aires mantienen conversaciones para evitar un colapso financiero, pero sin habilitar endeudamiento extra hasta que la Provincia muestre un sendero de equilibrio.
La decisión forma parte de la estrategia del oficialismo nacional de imponer disciplina fiscal en todos los niveles del Estado y marcar diferencias con gestiones anteriores. Kicillof, en tanto, enfrenta presiones internas para garantizar financiamiento y sortear un contexto económico que ya es delicado.