La Legislatura bonaerense se transformó en un nuevo campo de batalla para La Libertad Avanza. Tras el empoderamiento del equipo de Karina Milei en el armado legislativo, las tensiones entre los llamados “tuiteros” —figuras mediáticas sin estructura política tradicional— y los dirigentes “territoriales” crecieron de forma exponencial.

Pese a la derrota electoral, los bloques libertarios en la Cámara de Diputados y el Senado provincial lograron consolidarse, pero esa fuerza institucional aceleró las disputas internas. El caso más concreto es el de Agustín Romo, quien podría dejar su rol como jefe de bloque en la Cámara baja ante el malestar de distintos sectores.

Los cruces no se limitaron a redes sociales: también hubo enfrentamientos cara a cara que pusieron en evidencia la falta de conducción clara en territorio bonaerense. A esto se suma la puja por candidaturas futuras —incluso a gobernador— que ya comenzó a agitarse.

El rechazo unificado del bloque libertario al Presupuesto y al pedido de endeudamiento de Axel Kicillof pareció ser el único punto de acuerdo entre las partes, que siguen disputándose la identidad, el rumbo y el poder dentro del espacio en una de las provincias clave del país.