El diputado José Luis Espert expresó su malestar por la breve vigencia del esquema de retenciones cero a los granos, que duró apenas tres días. Durante ese período, las cerealeras lograron ingresar declaraciones juradas de exportación por 7.000 millones de dólares, aprovechando la baja impositiva impulsada por el ministro de Economía, Luis Caputo, para acelerar la liquidación de divisas.
Espert, que también es productor agropecuario, fue directo: “No me gustó. Yo vendí todo con el 26?%”, dijo en referencia a la alícuota que le tocó afrontar antes de la baja. Si bien reconoció la intención del Gobierno de reducir las retenciones, cuestionó el mecanismo utilizado y el beneficio acotado que terminó favoreciendo a un grupo reducido del sector exportador.
La iniciativa generó críticas dentro y fuera del oficialismo. Mientras el Gobierno buscaba sumar reservas en el corto plazo, la medida fue leída como un gesto hacia las cerealeras, que aprovecharon el margen temporal para declarar exportaciones masivas. En contraste, miles de productores medianos y pequeños no llegaron a beneficiarse por la rapidez del cambio y la posterior marcha atrás del esquema.
El episodio reaviva las tensiones internas dentro de La Libertad Avanza y pone en evidencia las dificultades del Gobierno para equilibrar entre objetivos fiscales, presión de los mercados y demandas del sector productivo.