Lionel Messi deslumbró en su último partido oficial con la Selección Argentina en suelo nacional, al marcar dos goles en la victoria 3-0 frente a Venezuela por las Eliminatorias. El capitán albiceleste igualó el récord de 72 partidos disputados en esta instancia y se consolidó como máximo goleador de la edición actual.

Más allá del resultado, el encuentro tuvo una carga emocional especial. Messi se mostró conmovido por la despedida del público argentino, que lo ovacionó en cada intervención. Sus goles —uno de gran factura individual— fueron una muestra de su vigencia, habilidad y liderazgo.

Aunque reconoció momentos de cansancio y desenfoque, dejó en claro su intención de llegar en condiciones al próximo Mundial. También destacó la importancia del descanso y de la preparación física de cara a nuevos desafíos con la Selección.

El de anoche fue mucho más que un partido: fue una celebración del ídolo máximo del fútbol argentino contemporáneo, en lo que podría ser su última función oficial en casa antes de la Copa del Mundo.