Luego de arduas y tensas negociaciones, este martes por la noche finalmente Mauricio Macri y Patricia Bullrich llegaron a un acuerdo por las elecciones internas del PRO. De esta manera, el ex presidente será el titular del partido que fundó en 2005 y la ministra de Seguridad logró ocupar lugares estratégicos dentro de la estructura partidaria.
Macri considera un paso central en su carrera política asumir la presidencia del partido. Nunca antes había ejercido ese rol, peso a haber sido por años el líder sobresaliente. Desde el triunfo de Milei ante Sergio Massa, en el balotaje de noviembre del año pasado, el ex Jefe de Estado evaluó que para Juntos por el Cambio (JxC) había sido una derrota dura de asimilar. Así como también para el PRO, uno de los partidos más preponderantes de aquella coalición.
Tras las peleas internas por el proceso electoral de 2019, 2021 y 2023, sintió que el partido debía renovarse y ordenarse otra vez. Y entendió, luego de largas charlas con todos los dirigentes de su espacio, y después de largas semanas, que debía asumir él en persona esa responsabilidad: conducir el partido hacia una nueva etapa, al mismo tiempo que no perder centralidad en la política nacional.
El escollo que surgió fue la resistencia de Bullrich, que se sintió fortalecida por el respaldo del propio Javier Milei y por haber ganado las PASO del año pasado ante Horacio Rodríguez Larreta. Por eso, exigía una representación acorde a su momento político actual. Después de dos jornadas de tensión política, el macrismo y el bullrichismo lograron encontrar posiciones.
Según se resolvió, Soledad Martínez, intendenta de Vicente López -y ligada a Jorge Macri-, será vicepresidenta primera y Damián Arabia, hombre cercano a Bullrich, será vicepresidente segundo. Además, en los próximos días la funcionaria de Milei será nombrada Presidenta de la Asamblea del PRO. En el macrismo sintieron satisfactorio el cierre. Analizaron que “el 80% de los espacios del Consejo Directivo son dirigentes que hoy están alineados con Mauricio y algunos que habían sido del equipo de Larreta”. En cambio, en el bullrichismo comunicaron que lograron “torcerle el brazo” al ex Presidente al lograr colocar a Arabia -vetado originalmente por Macri- en la vicepresidencia.
En estas elecciones internas, el PRO renovaba presidente, dos vicepresidencias, titular de la Asamblea, la secretaría general (elegido por el Consejo), 25 consejeros y vocales. Horacio Rodríguez Larreta, en cambio, decidió correrse de la cuestión partidaria y no participará. María Eugenia Vidal, otra de las figuras de peso en el PRO, se mueve en esta ocasión en sintonía con Macri, aunque busca conservar autonomía.
Antes de lograr un acuerdo, Macri delegó las operaciones políticas internas en Fernando De Andreis, Humberto Schiavoni y Darío Nieto, tres dirigentes políticos que son de sus colaboradores más estrechos.
Si bien Bullrich estaba abocada a la gestión de Seguridad -ayer estuvo en Córdoba anunciando el refuerzo de fuerzas federales en el límite de esa provincia con Santa Fe- siguió con atención cada detalle del rearmado político del PRO. Sus negociadores e informantes fueron Juan Pablo Arenaza, Pablo Walter y Arabia, dirigentes de su mesa chica y de íntima confianza. Un dirigente de diálogo con Macri y Bullrich que también siguió las conversaciones de cerca e integrará el Consejo partidario es Federico Angelini.
La ministra consideraba que al imponerse en las PASO de 2023 de JxC, le correspondía contar con cerca del 50% de la representación de cargos dentro del PRO. En cambio, Macri apostaba a una distribución que contemplara al resto de los actores clave del PRO, y con equilibrio territorial, como una forma de licuar el poder del bullrichismo.
Rodríguez Larreta decidió correrse de la cuestión partidaria y no participó de las negociaciones. Macri consideró que el silencio del ex Jefe de Gobierno fue un apoyo tácito a su postulación. María Eugenia Vidal, otra de las figuras de peso, se movió en esta ocasión en sintonía con Macri, aunque buscó conservar autonomía. Quienes también involucraron activamente fueron referentes parlamentarios como Cristian Ritondo o Diego Santilli. Idénticas preferencias manifestaron los tres gobernadores del partido, Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Jorge Macri (CABA) y Nacho Torres (Chubut), así como intendentes de peso como Soledad Martínez (Vicente López), Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Ramón Lanús (San Isidro) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero). Santilli, Vidal, Martínez, Torres y Montenegro integrarán el Consejo del PRO.
Macri y Bullrich coinciden, pese a pasar por un momento de tensión entre ellos, en que el PRO debe ser aliado a Milei. Difieren en las formas de concretar ese acercamiento. La funcionaria quiere una convergencia. En cambio, Macri busca una alianza que le permita a su partido una equidistancia justa para no perder autonomía e identidad.
En cualquier caso, la renovación de autoridades es el paso previo para generar un ordenamiento del PRO y avanzar luego en algo que ya es un secreto a voces: el armado, lentamente, de un frente electoral junto a La Libertad Avanza.