El gobierno de Alberto Fernández estableció una cotización oficial de 300 pesos por cada dólar que ingresa al país por exportaciones de soja y de las llamadas economías regionales, que en esta ocasión incorpora importantes cultivos regionales como yerba, frutas, vino, azúcar y algodón, entre otros.
Los analistas hacen foco en los alcances de la medida, que obligará a una importante emisión monetaria para incorporar reservas y apuntalar a las exportaciones del agro -dañadas por una histórica sequía- , con un costo inflacionario que el Gobierno y el Banco Central tendrán que neutralizar para evitar una mayor espiralización de los precios.
Los productores argentinos de soja, en medio de la cosecha gruesa que se da en otoño, y de cultivos no tradicionales como yerba mate y cítricos podrán desde este 8 de abril liquidar sus ganancias a un tipo de cambio de dólar más conveniente que el oficial para amortiguar las pérdidas de una sequía histórica.
Con este incentivo, anunciado este miércoles por el ministro de Economía, Sergio Massa, el Gobierno apuesta a aumentar el volumen de las ventas externas y que ingresen más divisas a las debilitadas arcas del Banco Central. “Nos toca enfrentar la peor sequía de la historia de Argentina. No se encuentran desde el punto de vista climático y productivo comparaciones con situaciones similares”, indicó Massa.
Un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea evaluó que “para el dólar soja III, la ventana para las liquidaciones se amplía a 45 días, reconociendo las dificultades de la cosecha por la sequía. Es posible que el impacto vinculado a oferta de granos e ingreso anticipado de divisas se ubique en un plano intermedio al de los guarismos del Soja I y el Soja II. En septiembre pasado, las compras netas de dólares por parte del BCRA fueron de USD 5.000 millones, producto de liquidación de granos por USD 8.100 millones de dólares, mientras que en diciembre el saldo positivo para el Central fue de USD 2.000 millones de dólares”.