jueves, 21 de noviembre de 2024
 
 
18/12/2020
     
River aplastó a Nacional

El Millonario goleó 6-2 en Montevideo y se metió otra vez en semifinales.



River, una vez más River. Otra vez dando pasos grandes. Como viene sucediendo en los últimos tiempos. Por cuarto año consecutivo está entre los cuatro mejores de América y arrancará el 2021 con el foco puesto en intentar llegar al Maracaná de Río de Janeiro para jugar otra final. Antes, tendrá a un rival muy complicado, Palmeiras de Brasil, a quien enfrentará la primera y la segunda semana de enero, primero en Buenos Aires y luego en San Pablo.

Para meterse en la cuarta semifinal consecutiva de Copa Libertadores y la quinta de las seis que lleva jugadas en el ciclo de Marcelo Gallardo, River dejó afuera a Nacional en su propia casa, el Gran Parque Central de Montevideo. Y lo sacó del camino con una goleada espectacular, para los libros. Un 6-2 que lo pone otra vez como firme candidato al título. Y que si no fuera por algunos errores defensivos que volvieron a aparecer y que hicieron que Nacional le convierta dos goles, se podría hablar de un equipo sin fisuras. Pero deberá corregir esas cuestiones.

De todos modos, el River de Gallardo sigue siendo una máquina. Demuele a sus rivales cuando tiene la oportunidad. Y no se conforma. Va por más. Trata de hacer todos los goles posibles.

Anoche se le abrió el arco. A los mediocampistas y también a Rafael Borré, que venía pujando por conseguir ese gol que lo convierta en el máximo goleador del ciclo Gallardo. Y a falta de uno, metió un triplete y dejar atrás a Lucas Alario. Y mucho tuvo que ver la jerarquía de sus compañeros, que lo dejaron con el arco solo. Suárez, Carrascal y De La Cruz también la rompieron. A puro juego. A puro toque. A puro lujo. Y hasta Gonzalo Montiel se vistió de asistidor llegando al área rival.

Después de un magnífico primer tiempo, River se fue al descanso con mucha tranquilidad. Hizo dos goles pero lo que es más fundamental es que recuperó el juego, algo que había perdido en los últimos encuentros y que el propio Gallardo reconoció.

En la noche de Montevideo, River volvió a ser el River de Gallardo. Salvo en los primeros instantes, después tuvo el control del juego todo el partido, algo que preocupaba al Muñeco. Pero esta vez su equipo logró lo que el técnico quería.

Si bien Nacional inquietó al principio con un remate de Martínez que retuvo Armani, River respondió enseguida con una llegada de Carrascal, quien exigió a Sergio Rochet.

Iban y venían hasta que cerca de los 20 minutos a River empezaron a simplificársele las cosas. Un pelotazo largo generó grietas en la línea de tres defensiva de Nacional, Rochet salió lejos y rechazó pero la pelota quedó en los pies de Suárez, quien enganchó y el arquero de Nacional dejó la pierna alta y le clavó los tapones. Se fue bien expulsado. Ingresó Luis Mejía y se fue Trezza, un mediocampista. Pero el grandote panameño -a pesar de algunas revolcadas- no pudo hacer nada ante el vendaval que se le vino encima.

Un golazo de Carrascal (tras un enganche clavó la pelota en el ángulo) y otro de Nicolás De La Cruz (un remate fuerte desde afuera del área). Ambos luego de asistencias de Matías Suárez, el asistidor serial de River.

En el medio, el conjunto de Núñez vestido de camiseta roja (con la banda también roja) y shorts blancos, se floreó. Manejó la pelota a gusto. Después de recuperarla con el trabajo incansable de Ponzio y de Zuculini y los rechazos de Robert Rojas.

River fue inteligente. Y mantuvo tres puntas (Carrascal volvió a jugar abierto a la izquierda) en el 4-3-3 para complicar más aún a un Nacional que salió con tres defensores, cuatro volantes y tres atacantes ya que tenía que ir a buscar el resultado. Pero Nacional no sabe atacar porque no lo hace. Se siente cómodo jugando en su campo, no en el rival. Y se notó. Logró descontar sobre el final del primer tiempo por una buena jugada combinada y una distracción de River en el fondo pero seguía lejos. En el juego y mucho más en el resultado.

Y mucho más lejos quedó en el segundo tiempo, a pesar de que volvió a descontar con el gol de Rodríguez (el 2-3). Es que llegó el vendaval de River, que aprovechó el jugador de más. Y arrasó. Además del triplete de Borré, también Zuculini se dio el gusto de convertir para sumar seis con los que habían hecho Carrascal y De La Cruz y avisar que está listo para ir por la Copa.


   
     
 
 
 
 
 
 
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